Atasco en la nacional

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Los atascos son un fenómeno impresionante. De la nada, comienzan a aparecer coches; se amontonan; se juntan a ellos camiones, alguna grúa y, sobretodo, policía. Estos son los peores de todos. Acaso nunca os habéis dado cuenta de que, donde hay un atasco, hay un policía. Bueno, me equivoco, existe la excepción de los grandes atascos. En estos no hay un policía: Los hay a pares.

Hoy he tenido mi primer atasco como conductor. Media horaza en la que era divertidísimo observar a otros conductores y camioneros, fumadores todos ellos, aprovechando cada parada para dar unas caladas a un mísero cigarrillo. El vicio es malo malo.

Poco más por hoy. La verdad es que espero tener Internet en Lanzarote (por fin viajo a las islas Canarias aunque no precisamente a un sitio donde conozca gente) para poder escribir algo pero, si no es posible, volveré desde la capital. Buenas noches.

Remordimientos y errores

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La verdad es que en el día de hoy estoy empezando a escribir tardísimo porque se nos ha pasado el tiempo de una manera tontísima, pero hay que cumplir que son cosas que uno se propone y sino luego aparecen los remordimientos. La vida está llena de remordimientos. Nos pasamos semanas, meses, incluso años, arrepintiéndonos de cosas que hicimos o dejamos de hacer. ¿Por qué nos arrepentimos? Tal vez pensamos que las consecuencias hubieran sido mejores si hubieramos actuado de aquella otra manera pero, ¿acaso podemos predecirlo?

En mi opinión, las decisiones se toman en el momento y no tienen vuelta atrás. La mejor solución no es arrepentirse; es seguir hacia delante; encarar las consecuencias; recibir las responsabilidades como nuestras. En definitiva, no mirar atrás si no es con el objetivo de aprender de los errores. Los errores que son necesarios, que deben cometerse. Unos errores que terminan siendo más útiles que los propios aciertos, ya que es mucho más difícil olvidarlos.

Esta es mi reflexión de hoy y, al menos a mí, me es de gran ayuda. Buenas noches y muchas gracias.

El espacio de un buen documental

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Un documental (crítico), para que sea bueno, debe hacernos daño. El golpe tiene que ser tan fuerte que, desde ese momento, cada vez que el tema se nos pase por la cabeza, siempre que la información mostrada sea verídica y contrastada, recordemos ese dolor visual, completamente psicológico, que el documental nos creó cuando lo vimos.

Un buen documental crea su propio espacio en nuestra cabeza, en nuestro cerebro. Se sitúa junto a las ideas importantes, junto a aquellas que definen nuestra forma de ser; nuestra forma de pensar; nuestra forma de actuar. Sin embargo, antes de eso, pasa por la zona de nuestros recuerdos. Se pasea por las noches horribles sin dormir, por nuestras peores pesadillas, por nuestros traumas infantiles; y todo esto queda unido a esa idea central del documental.

En este momento, esa idea es para mí la de los delfines. No delfines cualquiera; sino los 23.000 que son asesinados anualmente en las costas de Japón para, posteriormente, ser vendidos como una delicatessen aunque bajo el nombre de otro animal. Esta idea ha sido generada por, si no el mejor, uno de los mejores documentales que he visto nunca. The Cove. Os lo recomiendo a todos.

Anglosajones, sin querer evitarlo

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Tras casi dos meses sin escribir ni una mísera palabra, ni siquiera un único caracter, en este espacio que, se suponía destinado a ello, me veo obligado a volver a la carga. En cuanto al tema de escribir, las vacaciones han llegado a su fin. Todo sea dicho, las últimas tres semanas han alargado estas «vacaciones» debido a causas de fuerza mayor (trabajo o simplemente desconexión del mundo exterior). La buena noticia es que, al llevar tanto tiempo acumulando reflexiones, recuerdos y experiencias, ahora no puedo presentar la excusa de: «No, es que no se me ocurre nada que contar».

Desde el día de la muerte de Don José Saramago, no había colgado nada en la web y, aprovechando que lo dejé por ahí, voy a poner un fragmento (el único que he encontrado) de la entrevista de Pilar del Rio (viuda del escritor) e Iñaki Gabilondo, en su programa Hoy en CNN+.

Fragmento entrevista de Iñaki Gabilondo a Pilar del Río.

En una parte de la entrevista, Pilar del Río menciona el carácter anglosajón de Saramago que, desde mi punto de vista, muchos portugueses poseemos y, sinceramente, hay que reconocer que es cierto. Somos bastante puntuales (siempre y cuando nos apetezca), tenemos un humor muy extraño (que en realidad es inteligente, pero eso pocos son capaces de darse cuenta) y las películas nos gusta verlas en inglés, es más, hablamos el idioma casi mejor que los habitantes de las propias islas británicas.

Pues con esta corta reflexión, yo me voy a la cama, que esto es como el ejercicio: «No se puede hacer el primer día mucho de golpe que si no luego te salen agujetas».

P.D: Para la gente a la que le «encante» (¡sí, he puesto comillas!) Crepúsculo y todas esas cosas, os recomiendo ver el trailer que he colgado en el Twitter, y ya a partir de octubre la película.