Estamos en guerra
21 MarY ya estamos en guerra, de nuevo. Se le puede llamar de muchas maneras distintas, en esta ocasión se ha definido como intervención (necesaria diría yo), pero todos, o al menos la mayoría, sabemos que se trata de una guerra, otra guerra más, y que entrará en los libros de historia como tal. Ahora todos nos hacemos muchas preguntas: ¿Es necesaria esta intervención? ¿Debe un país como España, con su pequeña influencia internacional y sus grandes problemas económicos internos, participar de esta intervención? ¿En qué va a consistir? ¿Existe la posibilidad de que nos ataquen? Yo voy a intentar, desde mi punto de vista, contestar a estas y alguna otra pregunta que me surge.
Sobre la necesidad o no de intervenir en Libia, mi opinión está clara: Sí. Por supuesto, algo así no se puede hacer sin dar algún argumento válido. Vivimos en un mundo globalizado; cada vez más, en el que presuponemos una serie de valores y derechos comunes a toda la humanidad. En sitios como en Libia (o en Marruecos, o en Egipto, o en Túnez, Yemen, Bahreim, Ruanda, y un largo etcétera) uno de los valores fundamentales en los que creo -y creo que todos deberíamos creer- es en la libertad. Una libertad que es privada a la gran mayoría de los habitantes de estas zonas. De una u otra manera. Pero la libertad no es precisamente la que mueve los ejércitos. Detrás de nuestras (y otras) fuerzas armadas hay una serie de líderes limitados por una serie de lobbies y de intereses. El petróleo, por ejemplo, es una de las gotas que colmó el vaso. No podemos permitirnos vivir con según nuestra actual forma de vida con el barril a más de 130 dólares. Y no hablemos de la venta de armas a todos estos países, de las que somos cómplices.
Pero hablemos de nosotros, de España. Cazas F-18 ya se han unido a las fuerzas internacionales que, tras la aprobación de la ONU, han comenzado a atacar las bases militares de Gaddafi. Sin hablar de las fragatas o el submarino que, en estos momentos, están de camino. Nuestra situación, en general, no se puede decir que sea buena. El paro y la situación de la economía nos preocupan a todos, especialmente a los jóvenes que no vemos un futuro cercano muy agorero. Sin embargo, como dije antes, es nuestro deber moral el intervenir y evitar más muertes de civiles inocentes (que espero que no se produzcan durante la intervención).
A las últimas preguntas, es complicado responder. En principio, estas operaciones consistirán en ataques sobre las bases militares del ejército libio, aunque no descarto que terminemos invadiendo el territorio a pie con alguna excusa como que los hombres de Gaddafi se han refugiado en una zona inaccesible por mar y aire. Sobre un posible ataque libio sobre Europa, es imposible de predecirlo. Muammar el-Gaddafi es un hombre, en mi opinión, totalmente impredecible, aunque listo -no inteligente-. ¿Por qué listo? Pues bien, él ya ha realizado sus amenazas; convertir el Mediterráneo en un campo de batalla, al menos a mí, no me parece algo interesante para nosotros (y no afectaría muy positivamente al sector turístico…) aunque está claro que se trata de una manera de generar miedo, terror, entre la población occidental.
Para nosotros es muy fácil ver en las noticias un terremoto en Chile o en Japón, que haya revueltas en Egipto, o que tiren bombas sobre la ciudad de Bengasi; pero cuando aparece la posibilidad de que estas situaciones se presenten en la puerta de casa, nos acojonamos. Habrá opiniones de todo tipo, a favor y en contra, pero en este momento, ya no podemos volvernos atrás.
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