En la tarde-noche de ayer fueron entregados los premios Pulitzer 2011. Como periodista que soy y ya que sé que unos cuantos de los que leeis este blog también lo sois (más que nada porque sois compañeros de clase y muchas veces parece que estáis obligados a hacerlo) en los próximos días haré una breve entrada por día de todos y cada uno de los vencedores, de tal manera que, quien no sepa quienes son (a la mayoría de premiados yo no los conozco) podrá conocer cómo han llegado hasta aquí y gracias a qué trabajo han obtenido este reconocimiento. Empezamos.
Ya he dicho que iba a ir por partes (una por día) pero también iré por orden. El orden que sigo es el ‘establecido’ por los organizadores del Premio Pulitzer y el primero de ellos -para mí de los más importantes- es el Pulitzer al mejor trabajo periodístico con un servicio público. En la edición de este año, el primer finalista fue Bloomberg News por el trabajo de Daniel Golden, John Hechinger y John Lauerman que reveló como algunas universidades explotaban a estudiantes con bajos salarios, llegando a descubrir una industria billonaria que iba contra las leyes federales estadounidenses.
El segundo finalista fue el New York Times (que, como veremos en los días posteriores, ha obtenido dos de los premios) por el trabajo de Alan Schwarz dando a conocer el peligro de las conmociones cerebrales en el fútbol americano y en otros deportes, generando un debate a nivel nacional y una revisión del equipamiento y las prácticas médicas y de entrenamiento de los equipos.
Pero, y a pesar de que no quiero dejar a los finalistas de lado, el ganador en esta ocasión ha sido el periódico Los Angeles Times, por su exposición de la corrupción en el pequeño pueblo californiano de Bell donde los oficiales utilizaban el tesoro público del pueblo para pagarse salarios desorbitados, lo que terminó en una gran serie de detenciones y reformas. En concreto, Robert Rizzo, encargado de las finanzas del ayuntamiento (y que ya había sido alcalde a final de los 80) cobrando una cantidad menor que su antecesor, lo que hizo que le escogieran para el cargo, creó una especie de mafia dentro del ayuntamiento.
Este grupo de ‘oficiales’ del pueblo de Bell llegaron a cobrar hasta 8.000$ al mes, cuando personas en sus mismos puestos en pueblos con el mismo tamaño y una misma renta per cápita apenas alcanzaban los 400$ al mes. El conocimiento de esta situación, así como la aprobación de una ley que excluía a este municipio de la ley estatal que limita los salarios de los cargos públicos, provocaron el comienzo de investigaciones tanto policiales como periodísticas. Al mismo tiempo, en cuanto aparecieron las primeras informaciones y se fueron comprobando los hechos, las protestas no se hicieron esperar. Los ciudadanos salieron a la calle y los ciudadanos cuyos negocios se habían visto afectados (eran obligados a pagar un ‘impuesto’ al ayuntamiento sin que le dieran razones) comenzaron a hablar y a perder el miedo.
Hasta seis cargos públicos de la ciudad han sido imputados por el robo de millones de dolares y deberán acudir a la vista preliminar que se celebrará el 3 de Mayo de 2011. El alcalde Oscar Hernández, que se negó a dimitir, la teniente-alcalde Teresa Jacobo y los ‘concejales’ (en Estados Unidos son miembros del concilio) Luis Artiga, George Cole, George Mirabel and Victor Bello,también han sido obligados a mantenerse al menos a 100 yardas del ayuntamiento y les ha sido prohibida su participación en cualquiera de los asuntos públicos de la ciudad de Bell. Todos ellos han dimitido, han sido despedidos o no han sido reelegidos por los votantes.
El administrador del ayuntamiento Robert Rizzo y su asistente, Angela Spaccia, deberán acudir a juicio. El fiscal del distrito Sean Hassett estima que Rizzo y su asistente se hicieron con unos 6.7 millones de dólares antes de que el escándalo saliera a la luz en el verano de 2010.
Comentarios recientes